jueves, 9 de mayo de 2013

Contraflujos

Contraflujos
Gerardo Suter / Octubre de 2007


Me vienen a la mente varios aspectos que podrían ser tratados aquí, pero me interesaría centrarme en dos que a últimas fechas han sido recurrentes: la importancia de la imagen como documento, e íntimamente relacionado a ello, el carácter objetual de la fotografía.

Quisiera comenzar con un planteamiento teórico, luego presentar algunos trabajos ilustrativos, y al final, abrir el debate, ya que creo productivo confrontar las apreciaciones que provienen de la práctica misma con las que se desarrollan en el campo de la teoría.

Conferencia magistral presentada en el marco del  
Octavo Encuentro Nacional de Fototecas, Fototeca del INAH, Pachuca, México. 


A lo largo de los años me he preguntado insistentemente acerca de la especificidad de la imagen técnica. Y para cada una de las interrogantes que han surgido he encontrado respuestas que provienen de la práctica misma: del ejercicio fotográfico en particular y del trabajo con la imagen en general.

En estos momentos en que el papel y preponderancia de la imagen en la sociedad se encuentran en continua metamorfosis, me interesa retomar el concepto de imagen como documento.


Comenzaré diciendo que tengo serias dudas acerca de lo que la Ffotografía es, y más aún, de lo que se entiende por fotografía hoy en día. Si defino a la fotografía como una actividad técnica que se despliega en una sucesión de eventos: captura, procesado, edición y traslado a un soporte (cualquiera que este sea y que nos permite ver finalmente la imagen), entonces debería analizarla fragmentadamente y reconocer que cada una de estas etapas tiene su particularidad, su función dentro de un todo, y que es precisamente la interrelación entre esas partes lo que ayuda a definir a la fotografía como una actividad con características específicas.

Cabe mencionar que es difícil establecer el valor jerárquico que cada uno de estas etapas tiene, ya que cada una de ellas es determinante en el resultado final y una no tendría razón de existir sin las demás. [1] Con frecuencia sucede, que se cree estar hablando de la fotografía y en cambio se está tratando con uno de sus componentes, y se generaliza, y se asegura que a partir de una parte del proceso se puede entender el fenómeno en su conjunto. Por ello, sugiero que al hablar de la fotografía se tenga claro hacia qué parte del proceso se está enfocando la cámara, qué relación existe entre sus partes y además, si se está planteando la discusión en un terreno exclusivamente técnico.

Dicho lo anterior, me gustaría retomar el primer momento, el de la captura, y recuperar una frase acuñada que dice que la fotografía es el arte de escribir con luz, y destacar que esta frase no hace sino reducir una actividad compleja como la fotografía a una acción técnica que deja de lado aspectos que podemos llamar subjetivos y que son finalmente los que constituyen parte del fenómeno fotográfico. Con una definición como la enunciada, se confunde una vez más la herramienta con el lenguaje. ¿No sería más importante preguntarnos qué es lo que estamos escribiendo con luz y acerca de qué podemos escribir con luz? ¿No sería mejor entender qué nos permite hacer esta herramienta a diferencia de otras? ¿Qué es lo que la distingue? Atrapar con luz qué: ¿un tiempo y un espacio? [2]
♢ 

Si efectivamente el contenido de lo documentado es tiempo y espacio, registro instantáneo, más o menos elástico, pero instantáneo, habría que mencionar que ambos se manifiestan tanto de manera técnica y objetiva como subjetiva. El registro de un fragmento espacio-temporal implica un doble fenómeno. [3] La impronta o huella de la realidad se manifiesta en dos direcciones: por un lado, por la manera en que técnicamente la presencia y ausencia de luz son tratadas, y por otro, congelando un tiempo y un espacio siempre pasado, irrepetible, inmaterial.
 
Quiero entender entonces a la fotografía como una actividad descompuesta (compuesta) en (de) varias etapas, que arranca con la captura, y que a partir de esta acción técnica-físico-química, nos revela una acción más compleja que podríamos llamar el arte de escribir con el tiempo.
 
He aquí otra especificidad de lo fotográfico.


La fotografía podría ser analizada en todo momento desde las particularidades que adopta el objeto fotográfico, y en este punto podríamos abrir debates independientes acerca de estas particularidades: si es una técnica de impresión u otra, si está bien o mal trabajada la copia, si se utilizó el material adecuado, si es analógica o digital, etc. [4] Pero una fotografía no es simplemente algo material. Fotografiar, por ejemplo, implica también un estado emocional. Implica ver a nuestro alrededor y desear aprehender lo que nos rodea para guardarlo y comunicarlo a los demás.
 

Es cierto que las cualidades del objeto pueden ayudar o dificultar la comunicación de una idea. Pero ello no le otorga primacía a un aspecto sobre el otro.[5] Dicho de manera simple, la imagen fotográfica es forma y contenido, y al querer conservar fragmentos espacio-temporales de lo real creamos un vínculo afectivo con la realidad a través de la imagen. ¿O no?

♢ 

La fotografía como objeto no es igual a lo fotografiado. Si recupero la parte afectiva de la imagen, veo que el vínculo que ella mantiene con lo real es lo que constituye también parte de la especificidad de lo fotográfico.

La fotografía no como soporte, sino como transporte de un momento espacio-temporal, es esencialmente instante; es huella de un hecho único que le da sentido a lo representado y a la vez al objeto que contiene esa representación. El fragmento espacio-temporal se conserva sólo en la fotografía, sino podríamos estar dibujando. La suma de fragmentos o la generación de esos fragmentos más allá de lo instantáneo, ya no es fotografía; o sí puede llegar a ser fotografía, si la entendemos como mero soporte. 

El transporte tiene que ver con la parte afectiva y el soporte con la manera en que esta parte se manifiesta. Uno y otro tienen que relacionarse adecuadamente para que una fotografía transmita de manera contundente lo que el fotógrafo quiere comunicar.

El objeto fotográfico se puede modificar a lo largo del proceso técnico, la parte afectiva-subjetiva solo se transporta.

Remarco lo siguiente, no se trata de jerarquizar y colocar unas partes sobre otras. Se trata de ver el fenómeno como una totalidad, en constante movimiento, nunca en reposo, y siempre relacionándose de manera novedosa.


Puedo decir que de pocas cosas estoy seguro, pero de lo que sí no tengo duda, es del vínculo estrecho que aquel objeto que llamamos fotografía mantiene con lo real (no importa qué tan ficticio sea). Es innegable la relación que la imagen técnica tiene con la realidad.

Trataré de explicarme, el flujo y lo que determina el contenido de una fotografía va de afuera hacia adentro, de lo real a la caja que captura esa realidad en el momento en el que el fotógrafo decide hacerlo. Por lo general, lo real ya está dado y el fotógrafo se apropia de ello. Hay veces que el proceso es distinto, como en el caso de la llamada fotografía construida. El fotógrafo decide a priori lo que va a fotografiar, preconcibe y crea las condiciones, determina lo real y luego captura ese fragmento espacio-temporal. En este proceso de apropiación lo real adquiere sentido antes de ser capturado. En casos así la fotografía funciona más como soporte, el resultado es fotografía porque se usaron herramientas propias del fotógrafo, pero los pasos dados para producir esa imagen se parecen más a los pasos que un pintor da. Preconcibe la imagen y luego la realiza.

Si consideramos el binomio realidad-imagen, podríamos ver que en términos generales, el flujo en la fotografía va de lo real a su representación, en la pintura en cambio, la imagen de la representación existe a priori y el flujo es inverso.
 

Otra diferencia que la fotografía tiene con la fintura, y allí está el truco, es que la convención social cultivada desde hace más de siglo y medio ayuda a crear una ilusión que antepone lo real al acto fotográfico, cuando en verdad, como sucede con la fotografía construida, el acto fotográfico puede ser alterado y parcialmente anteceder y condicionar lo real. Esta ambigüedad, esta trampa, es lo que ha llevado al éxito a muchas imágenes.
 

El fotógrafo juega con el contenido, pero también utiliza esta posibilidad de dislocar al espectador al presentarle algo proveniente de lo real, porque es fotográfico, pero creado con antelación en la mente del fotógrafo. [6]


En los últimos años me he interesado más porque mi trabajo sea representación de la realidad y no representación de una imagen de la realidad.
 

Hace dos años realicé un breve trabajo que me hizo caer en la cuenta de este hecho. Esta pieza puede resultar bastante críptica, pero me gustaría presentarla ya que me sirvió para ubicar el papel de la imagen en este complejo flujo realidad-mente-imagen. [7]

Ver video Docu_mental 


De este ejercicio surgieron cuestionamientos, dudas y hasta el título de mi nuevo proyecto: Docu_mental.

[...] Por una parte, el proyecto Docu_mental, concentra su interés en la estructura de la imagen y las particularidades que ésta asume en sus distintas formas (fija, movimiento, impresa, proyectada, en un monitor, sobre papel, colgada en la pared, inmaterializada en la red, etc.). Por otra, busca recuperar en la medida de lo posible, lo que lenguajes como la fotografía, el cine o el video tienen de específico frente a otras disciplinas artísticas (especificidad que a partir de los últimos años sostengo que comienza a desvanecerse). El proyecto Docu_mental inicia hace algunos años cuando decido utilizar a la fotografía sí como documento de la realidad, sí como registro puro, pero colocando en primer lugar a la realidad y pensando en ese primer momento de obturación o captura, como el decisivo. Convencido también, de que la realidad es lo suficientemente compleja y rica como para tener que reinventarla.  Abandono la idea de “puesta en escena” en la fotografía, y me intereso más por reconocer ciertos órdenes y estructuras en la realidad misma (antes de crearlos o provocarlos). Entiendo el proyecto Docu_mental como un nuevo punto de inflexión en el trabajo personal. Los primeros acercamientos a este punto de quiebre se dan en los trabajos Skin y Espacios intervenidos, así como en una escueta pieza de video realizada en abril de 2005 que planteaba, a manera de video reportaje, una reflexión en torno al binomio realidad / representación, tratando de mostrar cómo las imágenes se comportan y fluyen en el circuito realidad – mente / mente – realidad. Cabe decir que este último trabajo es el que detonó las ideas en torno al valor e importancia del trabajo documental y de por qué la imagen tiene como uno de sus atributos, la función de documentar la realidad y el poder de representarla y difundirla multiplicadamente. Es, este punto de quiebre, el que conlleva una reflexión acerca del medio y del lenguaje, de la imagen en general y de la fotografía y del video en particular. Me interesa igualmente, profundizar en la relación que la imagen puede establecer con el texto (concretamente la literatura), el sonido (no necesariamente la música) y otras imágenes. Hay igualmente, una inquietud por traducir las formas de otros lenguajes al de las imágenes [...] Docu_mental pone el acento en el vínculo realidad-representación, y en la especificidad de esas realidades y de esas representaciones. Las fuentes de apropiación visual son: imágenes de archivos públicos, imágenes de archivos privados, imágenes del archivo personal, la realidad misma. En el proceso de investigación de un trabajo documental, los archivos públicos o privados, o personales, juegan un papel importante. Por ello, alguna de la obras realizadas dentro de este proyecto provendrán en gran medida de imágenes de archivo (el video Réplica está realizado a partir de una breve secuencia de 10 segundos que fue transmitida por televisión y que muestra parte de los desastres ocasionados por el terremoto de 1985 en la Ciudad de México). En todos los casos, se buscará mantener una estructura narrativa apoyada en imagen, sonido y texto. La literatura o la parte textual será uno de los cimientos en la construcción de cada pieza, el sonido será el otro, y ambos se entretejerán con las imágenes [...] El proyecto no sólo plantea el trabajo con imagen en movimiento sino también con foto fija, así como la combinación de fotografía y video llevando alguna de las propuestas al terreno de la instalación [...] Como en muchos de mis trabajos, Docu_mental pretende ser un cruce de caminos, puntos intermedios entre disciplinas o lenguajes: el cine y el video, la palabra y la imagen, la literatura y la fotografía, lo documental y lo no-documental [...] [8]

Vemos así cómo el proyecto Docu_mental tiene varias aristas.
 

Al final de la siguiente obra [9], me gustaría abrir el espacio a comentarios y si lo desean, ver algunos ejemplos concretos. Como he insistido, lo que quiero es compartir algunas dudas, que surgen en todo momento y que son propias de todo proceso creativo.

Ver video

 

[1] Probablemente la captura tenga un lugar privilegiado, porque sin este primer momento no existirían los demás, sin embargo, en tanto fenómeno total no cabría establecer diferencias entre cada una de ellas. José Luis Brea en La era postmedia habla de un segundo obturador, haciendo referencia a lo que sucede en el momento de estar trabajando en el cuarto oscuro o frente a la pantalla de la computadora.
[2] En un texto titulado Lo uno y lo otro que escribí en 2003 planteaba: “Efectivamente la Fotografía es, como se dice comúnmente, el arte de escribir con luz; sin embargo, é́sta no es sino una definición donde la física y la química hacen su digno trabajo, pero suena igual que llamar al fotógrafo artista de la lente: un lugar común de la poética. ¿Por qué no aceptar que la Fotografía es algo mucho más complejo? ¿Por qué no decir que es el arte de escribir  sobre el tiempo y el espacio, y esencialmente con el tiempo? La fotografía es mucho más que malabares físico-químicos; evidentemente al afirmar esto entramos a un terreno más difícil de definir y de explicar, probablemente a un problema de carácter lingüístico-filosófico. Pero si la fotografía fuera simplemente un asunto físico-químico, ¿por qué sacudió tanto a la sociedad de los  siglos XIX y XX, y ahora del XXI? Lo atribuyo a que, entre otras particularidades, introdujo la variable tiempo en nuestra forma de pensar”.
[3] Hasta hace poco decíamos que lo registrado se depositaba sobre un material sensible, hoy tenemos también la opción de guardar ese registro en un dispositivo digital.
[4] Cabe hacer notar que, si aceptamos que la Fotografía es el acto de escribir con luz y lo limitamos a la captura, el panorama pinta bien, pero si exigimos de manera ortodoxa, que esta acción debe extenderse a todas las etapas del proceso fotográfico, entonces la discusión se complica y probablemente nunca lleguemos a respuestas conciliadoras.
[5] Desgraciadamente, gran parte de las discusiones que se dan en torno a lo que es y no es Fotografía se dan en torno a las particularidades del objeto, olvidando de lo que esos objetos son portadores: testimonios, emociones: documento.
[6] En otro texto escrito en 1998 comentaba: “Una de las enormes virtudes que tiene el lenguaje fotográfico, más allá de la definición tradicional que le atribuye la posibilidad de escribir con luz, es construir una forma memoria. La capacidad de atrapar fragmentos de los fragmentos de la realidad, instantes del tiempo, hace que, nosotros, los fotógrafos aficionados y no tanto, tengamos en nuestras manos una forma de representar la memoria. Esta particularidad, la de vincularnos tan estrechamente con la realidad y con el tiempo, no la tienen otros medios. Las imágenes que crea un escultor, o un pintor o un dibujante, pasan a través de un filtro muy severo que hace imposible creer a veces que lo que vemos existió primero en la realidad. En el caso de la fotografía sucede lo contrario. Si bien es cierto que hay un acto de interpretación de la realidad, es innegable que ésta tuvo que haber existido al momento de oprimir el obturador. Entonces, lo que te da la fotografía o el video, es ese estrecho e innegable vínculo con la realidad. Dentro de la fotografía hay muchos géneros y hay muchas formas de fotografiar y de interesarse por lo fotografiable. Hay quienes salen al mundo exterior buscando o tratando de encontrar allí el motivo a fotografiar. Pero hay otros que generan sus propias realidades para luego fotografiarlas. El proceso de creación que se da en otras áreas de la creación artística, lo genera este tipo de fotógrafo en la realidad misma: interviene la realidad para luego fotografiarla. Ante este tipo de imágenes el espectador asume una posición particular de incredulidad por un lado, pero de aceptación ante lo que ve por el otro, ya que, como he venido diciendo, eso que él está viendo reproducido ante sus ojos, tuvo que haber existido en algún lugar del tiempo y del espacio, de lo contrario hubiera sido imposible atraparlo”.
[7] Untitled, 2005, video sonoro color y b/n, duración 4´ 15¨.
[8] Docu_mental, marzo de 2006.
[9] Réplica, 2005, video sonoro b/n, duración 8´.

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